Propone evaluar, en primer lugar, la importancia de lo rural, específicamente, de las actividades rurales en el empleo de la población económicamente activa (PEA) y en la composición de los ingresos familiares a nivel de cada territorio (conglomerado). En segundo lugar, se busca analizar si el grado de ruralidad (medido como la importancia de las actividades rurales dentro del territorio y no sólo como dispersión geográfica) y la desigualdad (de ingresos y acceso a servicios) en el Perú constituyen dos fenómenos que ocurren simultáneamente con poca frecuencia o si son más bien fenómenos recurrentes, lo cual a largo plazo ampliaría las desigualdades en los territorios más rurales. Finalmente, se propone identificar los patrones recurrentes en los territorios que presentan desarrollo con igualdad (en términos de una mejora en los niveles de bienestar de la población) con el fin de proponer políticas que sustenten este tipo de desarrollo.