Antonio Zapata: Las razones de García

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La postura del APRA en favor de la revocatoria de la alcaldesa de Lima es una noticia política relevante de este año que comienza. Por ello, ha motivado debate y se registran varias interpretaciones.

El primero que detectó la movida fue Javier Diez Canseco, quien sostuvo que detrás de la revocatoria se hallaba el ex presidente Alan García. Recuerdo que su postura me llamó la atención.

Por entonces detrás de Marco Turbio se veía a Castañeda y algo más atrás grandes intereses corruptos perjudicados por un manejo transparente como el de Susana. Pero, el APRA parecía demasiado.

Luego, los hechos mostraron que esa anticipación tenía sentido. García estaría buscando eliminar cualquier adversario por la izquierda de cara a las presidenciales del 2016. La idea es liquidar a un rival histórico que ha estado en la lona y ahora empieza a recuperarse, habiendo ganado Lima, la principal plaza electoral del país.

Aunque, el APRA no lidera la revocatoria, sino que se sube a una ola, que viene creciendo desde hace tiempo. García intuye que el triunfo es seguro, que la alcaldesa será revocada; por ello juega sus cartas y envía como representante ante el “Sí” a una figura con proyección interna como es Nidia Vílchez.

Como ha anotado Augusto Álvarez, el APRA se suma a una coalición contra Susana que se venía armando. Esa coalición agrupa al fujimorismo y Castañeda. Resulta que, con ellos fue el segundo gobierno de García. Así, lo que hace el APRA es reproducir su núcleo básico para gobernar y se proyecta a su tercera presidencia, que como todos saben es el verdadero objetivo de García: pasar a la historia como el primer peruano en ganar tres veces.

Para ello, García necesita poner en marcha su maquinaria. Entrenar a su mejor publicista, mover sus cuadros y activar bases. Ese tipo de razones han sido subrayadas por Marco Sifuentes el último domingo. Despercudir los engranajes y aceitar el aparato serían las motivaciones de García. Sifuentes apunta a lo mismo, para ganar tres veces, además de aliados, García requiere un partido capaz de jugarse entero y le conviene irlo despertando.

Mirko Lauer ha anotado una razón doctrinaria. La continuidad de mayor alcance en el APRA es el anticomunismo. En efecto, siempre han estado contra la izquierda. Nunca han construido un frente popular, por ello en realidad nunca hemos tenido centro-izquierda ni socialdemocracia. El APRA histórica ha ido a veces con la derecha y otras veces sola, pero nunca con la izquierda, siempre contra ella. La oposición a Villarán sería consistente con su línea.

Todas las razones anteriores son válidas y denotan que, un jugador de ajedrez como García mueve sus fichas pensando en varias jugadas adelante. Si es así, su cálculo incluye su propia figura. Es decir, piensa que la revocatoria se impone y decide apoyarla, para evaluar si su participación mejora la correlación del “Sí” o la empeora. Así, García tendría un laboratorio para medir su propio impacto ante el electorado de Lima, que habitualmente ha sido esquivo con el APRA.

De este modo, han ido saliendo razones de diversa índole. Unas de doctrina, anticomunismo; otras de posicionamientos, irse moviendo para el 2016. Pero, resulta que no hay razones para el fondo de la cuestión. ¿Es tan mala la gestión de Susana para ser revocada? ¿Hay alguna falta ética o perjuicio para la ciudad por una administración dudosa?

En realidad, no hay cargos contra Villarán por los temas de fondo, que deberían ser los únicos importantes para revocarla. Por el contrario, las razones de los revocadores responden a su propia carrera personal. Unos son simples como Marco Turbio, que busca posicionar su consultoría. Otros más sofisticados como García, que acumula fuerzas para el 2016.

Pero, no piensan en Lima como tema real. ¿Si triunfa la revocatoria será en beneficio de la ciudad? Ciertamente no y esa es una buena razón para apoyar a la alcaldesa. Ninguno de los revocadores ha mostrado una razón valedera.

Fuente: La República (23/01/2013)