Antonio Zapata: «Los últimos años del Che»

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Días atrás, el Che Guevara hubiera cumplido 85 años y su figura sigue fuerte como antaño, su rostro miles de veces repetido lo hizo un ícono siempre vigente; a lo sumo ha cambiado de mensaje, de guerrillero a héroe contra-cultural, pero el mito sigue presente. Uno de los motores de la leyenda es el misterio que rodea sus últimos años. ¿Porqué se fue de Cuba?, ¿acaso había peleado con Fidel?

En el momento inicial del Granma, Fidel era un demócrata liberal radical, mientras que Raúl ya tenía simpatía por el partido comunista y el Che también se había definido por el marxismo, a causa de su experiencia en Guatemala y el golpe de la CIA contra Arbenz. Fidel los siguió, aunque reafirmando su liderazgo personal.

Por lo tanto, ellos impulsaron el acercamiento con la URSS, al producirse la ruptura de Cuba con los EEUU, comenzando la década de 1960. Pero surgieron dos grandes problemas que complicaron los alineamientos. En primer lugar, había muerto Stalin y el nuevo jefe del PCUS era Nikita Jruschov, quien había proclamado la “coexistencia pacífica”.

En forma subrepticia, los soviéticos habían instalado misiles nucleares en Cuba, apuntando a ciudades de EEUU. El presidente norteamericano era John Kennedy, que amenazó con una guerra atómica si no eran retirados los misiles. Después de vacilar, Jruschov ordenó su desmantelamiento, sin consultar a los cubanos.

Jruschov apostó por la paz mundial y fue astuto, porque aprovechó para negociar otros temas álgidos que preocupaban a Rusia. Pero, en su criterio primaron sus intereses nacionales y Cuba le importó un comino.

Ese desdén irritó a los dirigentes caribeños. Aunque, Fidel entendió que era el precio a pagar por la ayuda soviética que sostenía la economía de la isla. Mientras que el Che desde entonces fue independiente de los rusos. No se enfrentó en público, pero políticamente se mantuvo autónomo de su influencia.

El segundo hecho fue la ruptura del movimiento comunista internacional. Los chinos habían hecho tienda aparte y se estaban quebrando los partidos comunistas en todo el mundo, unos con Moscú y otros con Pekín.

Ante este dilema, el Che se hallaba cerca de los chinos e inicialmente los cubanos pretendieron reconciliar a las partes. El Che pensaba que Mao era combativo, mientras que la política soviética era una modorra reformista.

Pero, el Che era muy consciente de que era un argentino en Cuba. No pretendía el liderazgo y su actitud era de primer colaborador de Fidel, no deseaba confrontar. Por ello, decidió apartarse, para no obstaculizar los sapos que Castro habría de aceptar para llevar la relación con los soviéticos.

Para aquel entonces había forjado una teoría de la revolución. Era una persona culta, leía mucho y escribía con la misma pasión que jugaba ajedrez, su deporte preferido en esta vida. Sostenía que era necesario implantar un foco guerrillero en un país central, preferentemente aquejado por una dictadura militar desprestigiada. Ese foco requería movilidad y una política de alianzas con el campesinado para implantarse.

Su teoría se basaba en las guerras de independencia de América Latina y pensaba en escala continental. Su primera experiencia fue en África, habiendo montado una operación en el Congo, que resultó fallida en cortos seis meses. No quiso regresar a Cuba, se había despedido y Fidel había leído su carta ante millares de revolucionarios.

Se buscó un segundo destino en Sudamérica y escogió Bolivia como zona de operaciones. Queda en el centro del continente, tiene cinco fronteras y la consolidación de la guerrilla podía resultar en la anhelada fase continental del conflicto con el imperialismo.

Otra razón para escoger las selvas del sur de Bolivia es su cercanía con Argentinay el propósito de llevar la guerrilla a su patria. Su profundo nacionalismo gaucho es explorado como eje de su vida por uno de sus biógrafos, Jon Lee Anderson, que ha publicado una monumental historia sobre el inmenso personaje humano que fue el Che Guevara.

Fuente: La República (19/06/2013)