Columna escrita por Carolina Trivelli para el diario Gestión ► https://bit.ly/2xcrWr2
En diciembre pasado, a propósito de una publicación del Fondo Monetario Internacional (FMI) donde se discutía la baja presencia de mujeres en puestos directivos y gerenciales en la banca a nivel global (solo 2% de los gerentes generales de los 800 bancos analizados eran mujeres, el 20% de los asientos en sus directorios eran ocupados por mujeres y que casi en un tercio de los bancos no tenía ni una mujer en su directorio) revisé los datos para nuestros bancos privados. Las noticias no se mostraban muy alentadoras.
Hace unos días, comenté esos datos y colegas de varios bancos me hicieron notar que las cifras están cambiando (y rápidamente). Ha sido una buena sorpresa encontrar que hoy ocho bancos tienen al menos una mujer en su directorio; en realidad, nueve, pues uno tiene una directora suplente (datos disponibles en la Superintendencia del Mercado de Valores – SMV). Nueve bancos con mujeres en su directorio, de los 15 bancos privados, es un enorme avance.
Pero más allá de que hoy más entidades bancarias tienen mujeres en sus cuerpos directivos, es positivo además que cinco de ellos tiene dos mujeres en sus directorios. Hay que felicitar la apertura y compromiso de estos bancos con la agenda de diversificación de sus directorios y la apuesta por dar espacio a mujeres en sus directorios. Scotiabank, Interbank, Citibank, Banco de Crédito y Banco Pichincha tienen dos directoras mujeres, cada uno, y Banco de Comercio, BanBif y Banco Falabella, una (y Mibanco con una directora suplente mujer). ¡Bien! Enorme progreso, buena señal.
Si bien solo Citibank tiene una gerente general mujer, la presencia femenina en la alta dirección de los bancos ha venido creciendo y hoy algo más del 27% de los puestos de alta gerencia, sin considerar las gerencias generales, está a cargo de mujeres. Esto se debe a, al menos, dos procesos en marcha en el sistema bancario que nos hacen ver con optimismo lo que se viene en este sector en materia de cierre de brecha de género.
“Existe el trabajo a nivel de mandos medios y cuerpos gerenciales para asegurar que haya cada vez más mujeres preparadas dentro del propio sistema para asumir más responsabilidades”.
Primero, el creciente compromiso de los bancos con el tema. Ello se traduce en cada vez mejores políticas de recursos humanos que evitan sesgos de género. Una muestra de ello es la participación en evaluaciones de sus políticas de equidad de género (participando en el ranking PAR de Aequales, por ejemplo).
Segundo, el trabajo a nivel de mandos medios y cuerpos gerenciales para asegurar que haya cada vez más mujeres preparadas dentro del propio sistema para asumir más responsabilidades. Se trata de asegurar que las mujeres puedan tener una carrera ascendente en los bancos y que su carrera será evaluada evitando sesgos y prejuicios de género. Todo ello redunda en instituciones que ofrecen mejores entornos laborales para las mujeres, pero también en mejores entidades para todos sus trabajadores, accionistas y, sobre todo, para sus clientes.
Pero la tarea recién empieza. Aun hoy, hay seis bancos que no tienen ni una mujer en sus directorios. Tener un directorio solo de hombres (o solo de mujeres) parece algo de otro tiempo. Asimismo, a pesar de los avances, solo el 11% de los asientos de directorios de los bancos está ocupado por mujeres. Incluso, dentro de los bancos con mujeres en sus directorios, estas representan el 18% del total de directores, muy por debajo de la paridad y de la cuota de mujeres en directorios exigida en varios países la Unión Europea, y menor al promedio global de mujeres en directorios de bancos reportado por el FMI el año pasado.
Toca felicitar los avances e invitar a todos los bancos a sumarse y a profundizar esta positiva transformación. Estos cambios son irreversibles y contribuyen a que tengamos un sistema financiero más diverso, sólido y sostenible.