Lee la columna «Algunos desafíos de las asociaciones público-privadas» escrita por Roxana Barrantes, investigadora principal del IEP, para el Diario El Comercio ► http://bit.ly/48piVOA
Las asociaciones público-privadas (APP) representan una herramienta fundamental para desarrollar la infraestructura que nuestro país necesita. Hoy destaco cinco problemas centrales que debemos abordar para que estos proyectos realmente beneficien a los ciudadanos.
El verdadero objetivo debe ser la calidad del servicio. El Estado no puede limitarse únicamente a entregar obras a empresas privadas. Su responsabilidad va más allá: debe asegurar que los peruanos recibamos servicios de infraestructura de calidad cuando utilizamos estas obras. Esto requiere un cambio de enfoque que priorice el resultado final –brindar servicios– por encima del éxito medido por una adjudicación realizada.
Los contratos como reparto inteligente de riesgos. Una APP es, en esencia, un acuerdo entre el Estado y una empresa privada para distribuir los riesgos de una obra. Estos riesgos incluyen sobrecostos de construcción, fluctuaciones comerciales, cambios en políticas económicas o variaciones en el tipo de cambio y las tasas de interés. La pregunta clave es: ¿quién debe asumir cada riesgo? Aunque el contrato se firma entre el Estado y el privado, los ciudadanos somos los verdaderos beneficiarios, por lo que nuestro representante –el Estado– debe negociar pensando en nuestro bienestar.
Criterios claros para decidir qué proyectos conviene encargar al sector privado. No todas las obras deben ser APP o contratos gobierno a gobierno. El criterio técnico para decidirlo es el valor por dinero: debemos evaluar si trasladar ciertos riesgos al sector privado genera más valor que si el Estado los asumiera directamente. Esta evaluación debe ser rigurosa y transparente.
La planificación como herramienta indispensable. En los años noventa, la planificación se convirtió en una mala palabra. Hoy pagamos las consecuencias de esa ausencia de planificación a largo plazo. Las APP exitosas requieren una visión estratégica que articule las necesidades del país con los proyectos específicos.
Coordinación efectiva entre instituciones. Finalmente, necesitamos mecanismos institucionalizados de coordinación entre sectores y niveles de gobierno, no solo durante el diseño y adjudicación de los proyectos, sino especialmente durante su implementación. También requerimos una contraloría que supervise efectivamente estos procesos y que evite convertirse en el omnisciente funcionario que todo lo sabe y todo lo controla.
Las APP pueden ser una excelente herramienta de desarrollo, pero solo si abordamos estos desafíos estructurales con seriedad y visión de largo plazo.