Una buena noticia es que, pese a la pandemia, si las elecciones de 2021 fuesen presenciales 76% iría a votar, coincidiendo con la participación electoral registrada en las elecciones congresales de este año.
Las preferencias electorales aún son difusas. Sabemos que el escenario cambiará cuando se tenga una lista oficial de candidatos y se acerque el día de las elecciones. Por eso, cuando se pregunta por quién votaría para presidente y no se sugiere ningún nombre al encuestado, el 62% responde que no elegiría a nadie. Si a ello añadimos el 14% que opta por nombres que no pueden candidatear, resulta que solo 24% elegiría un posible candidato.
La situación cambia cuando el encuestador menciona nombres de potenciales candidatos. George Forsyth pasa de 10 a 23%, Verónika Mendoza de 2 a 9%, Keiko Fujimori de 2 a 8%, y así como ellos, otros candidatos aumentan sus preferencias. En total un 73% elige un candidato.
Hablar de identidades partidarias aún es prematuro, pero las diferencias por macrozonas nos indican que Lima Metropolitana es el punto central de Forsyth, en el sur es probable que una parte de los votos se disputen entre Mendoza y el candidato del Frente Amplio, en vista de que Antauro Humala no puede postular. Y en el norte es probable que Acuña concentre su votación.
Más allá de las candidaturas, la última encuesta de LAPOP nos dice que la gente tiene una baja confianza en las elecciones y cree que los votos pueden ser comprados. Por tanto, garantizar a la ciudadanía que las elecciones son limpias y transparentes debería ser nuestra mayor preocupación.