Lee la columna «Encuestas y el momento político» escrita por Martín Tanaka, investigador principal del IEP, para el Diario El Comercio ► https://bit.ly/3Ls5rbk
Encuestas de opinión pública recientes nos ayudan a entender el complejo panorama político actual. El punto de partida es la abrumadora aprobación a la vacancia de Boluarte, superior al 80% de los entrevistados, dato coherente con la altísima desaprobación de su gestión. Si bien desde la academia consideremos que se abusa del mecanismo de la vacancia, y que desnaturaliza la esencia de nuestro régimen político, funciona en el corto plazo como salida a ‘impasses’ políticos, como la necesidad de atender la crisis de inseguridad que padecemos. La vacancia le ha permitido al Congreso un respiro; según Ipsos, la aprobación al Congreso subió entre setiembre y octubre del 5% al 19%, y la desaprobación cayó del 89% al 72%. La otra cara de la misma moneda la recoge la encuesta del Instituto de Estudios Peruanos, que registra que un 73% se siente “nada” representado por el Congreso; mientras que un 9% se siente “mucho o algo” y un 25% se siente “poco” representado. En otras palabras, este repunte en la aprobación parece bastante frágil.
Algo similar puede afirmarse respecto al presidente Jerí. Según Ipsos, un 45% aprueba su gestión como presidente y un 42% la desaprueba. Sin embargo, considerando el poco tiempo que tiene el presidente en ejercicio, podría decirse que su aprobación descansa, sobre todo, en la evaluación que se tiene de su designación y de las expectativas que despierta. Desde este ángulo, el IEP registra que un 32% se muestra de acuerdo con que Jerí haya asumido la presidencia, mientras un 53% se muestra en desacuerdo. Asimismo, un 37% considera que lo más conveniente para el país sería que Jerí se mantenga como presidente, frente a un 23% que considera que se debería nombrar a otro. Complementariamente, existe cierta expectativa en cuanto a su desempeño: el porcentaje de quienes consideran que las cosas mejorarán supera al de quienes consideran que empeorarán en materia de seguridad y en cuanto a la situación política, con un empate en cuanto a la situación económica. Finalmente, si intentamos medir la “intensidad” del respaldo a Jerí, el dato sobre cuán representados se sienten los encuestados por el presidente es interesante: un 56% responde que “nada”, un 23% “poco” y un 18% “mucho o algo”. Es decir, el 45% de aprobación podría ser altamente volátil.
En una dirección similar, encontramos que, si bien la mayoría considera que el presidente Jerí debería terminar el período de gobierno, y no le resulta evidente la ventaja de cambiarlo, tenemos que la mayoría simpatiza con las protestas realizadas el 15 de octubre pasado: un 58% se siente identificado con ellas y un 34% no. Esta identificación es más alta en el sur, entre los más jóvenes y entre quienes se identifican con posiciones de izquierda. Al mismo tiempo, un 62% considera que hubo excesos de las fuerzas del orden frente a las protestas, frente a un 21% que considera que el manejo fue adecuado. El respaldo a las protestas parece expresar, más que la opción por un camino diferente al seguido, el descontento y la frustración, y la ausencia de alternativas. Por ello, cuando se pregunta a los encuestados sobre qué sentimiento les genera la situación política actual del país, la palabra más mencionada resulta siendo la tristeza, seguida del pesimismo y la cólera.