[COLUMNA] Entre la tristeza y el pesimismo, por Patricia Zárate

El hecho de que una presidenta tan impopular haya sido vacada por el Congreso es aplaudido por el 81% de la ciudadanía, sin embargo, quienes la sostuvieron en el poder continúan gobernando y eso es percibido claramente por la opinión pública.

Si bien el 32% está de acuerdo con que José Jerí haya asumido la presidencia y un 37% cree que se debe mantener en ella, hay un sector importante que hubiera querido otra persona en el cargo o que se hubieran dado cambios más radicales. La perspectiva acerca de lo que vendrá en el gobierno de Jerí no es muy auspiciosa, la mayoría cree que todo seguirá igual, sin embargo, entre quienes esperan que mejoren algunos aspectos hay una mayor expectativa de mejore la seguridad (27%) que la política (22%) o la economía (16%). Los gestos que ha hecho el actual presidente en materia de seguridad ciudadana tienen un impacto limitado hasta el momento, solo el 18% se siente muy o algo representado por él.

Para la mayoría de las personas queda claro el papel del actual Congreso, tanto con Boluarte como con el actual presidente. Un 74% cree que el Congreso apoyaba a la expresidenta hasta la vacancia y un 62% que el Congreso tenía mucha influencia en su gobierno, mientras que el 49% cree que influirá mucho en el gobierno de Jerí.

Es comprensible que esta situación política produzca tristeza, pesimismo y cólera porque en realidad nada cambiará sustancialmente. Entre este malestar y la percepción de que este Congreso -que la ciudadanía no siente que le representa, 89% dice que le representa poco o nada- sigue gobernando, no es de extrañar que las movilizaciones convocadas por los jóvenes hayan continuado, pese a la vacancia de Boluarte, y que tengan un alto apoyo por parte de los encuestados (64%). Han sido como una bocanada de esperanza ante una situación de la que no parece fácil salir.