Pedro Castillo termina sus primeros cinco meses de gobierno con una muy baja aprobación. Si el presidente tenía un relativo consenso en su imagen de preocupación por los que menos tienen, el lema “No más pobres en un país rico” va quedando vacío de contenido. Aquellas zonas donde recibía más apoyo como el ámbito rural y el sur siguen evaluándolo mejor que otros lugares, sin embargo, en comparación con hace pocos meses no se le ve de la misma manera. Al margen de los intentos de vacancia, más de la mitad de peruanos no cree que el presidente pueda terminar sus cinco años de gobierno.
Si bien algunos señalan que esto se debe a que no lo dejan gobernar, principalmente creen que no terminará su periodo por su falta de capacidad para gobernar, esta es la imagen que no se puede soslayar tan fácilmente y que debería ser tomada más en serio por el gobierno si quiere mantenerse en el poder.
Llama la atención que pese a tener una baja aprobación (28%), y las críticas a su capacidad de gobernar, un 39% crea que el actual gobierno terminará siendo menos corrupto que otros y solo 21% crea que será más corrupto. Por otro lado, si se tiene que escoger entre la presidencia y el congreso, en mayor medida se opta por el mandatario (43% se siente más representado por el presidente y 31% por el congreso). Estos elementos pueden explicar por qué, pese a no tener un movimiento político de respaldo, el presidente pueda generar un poco de expectativas positivas.