Un buen indicador de cómo anda la relación de la ciudadanía con los aspectos electorales de nuestra democracia es lo que la gente cuenta con relación a la decisión de su voto en las últimas elecciones municipales y regionales del 2018. Con todas las limitaciones que puede tener la técnica de la encuesta para recoger opiniones sobre las cuales podríamos abochornarnos, la mitad de los entrevistados menciona que su voto recién lo decidió después del debate del domingo anterior a la votación, siete días antes.
La cuarta parte lo decidió entre el sábado previo y el mismo domingo de la votación. Si a este collage se añade que, a la fecha, solo un 16% dice estar totalmente seguro en su voto, tenemos que la foto de hoy y la del 26 de enero puede que coincidan muy poco…salvo en el porcentaje de gente que dice que votará en blanco o viciado (22%).
Recién en estos días se definirá el total de listas por lo que el 78% que dice no estar muy informado suena razonable. ¿Dónde está el mayor bolsón de indecisos?, en las zonas del centro y sur (44% y 38%, respectivamente), entre las mujeres y entre las personas de más bajos recursos (NSE D/E). Son segmentos más desengañados y distantes de la política, que priorizan temas que consideran más relevantes para su cotidianeidad. En las regionales del 2018, la quinta parte del segmento D/E decidió su voto el mismo día. En esos casos, muchas veces es el boca a boca de su entorno, los hijos en edad de votar por ejemplo, quienes son una fuente confiable de consulta.