Lee la columna «No vamos a ninguna parte sin innovación, ciencia y tecnología», escrita por Carolina Trivelli, investigadora principal del IEP, para el Diario El Comercio ► https://bit.ly/407GHuj
En meses recientes recibimos en el Perú a dos de los más reconocidos economistas de la región. José Antonio Ocampo, ex ministro de Agricultura y de Hacienda de Colombia, ex director de Planeación Nacional, ex director de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, y profesor de la Universidad de Columbia, estuvo en Lima en el marco de los 60 años del Instituto de Estudios Peruanos, y en su presentación destacó que una de las acciones imprescindibles para retomar una senda de crecimiento y el desarrollo económico es que invirtamos en innovación, ciencia y tecnología, en el ecosistema de innovación. Enfatizó que no solo es deseable, sino que es posible de hacer. Ocampo dijo que apostar por la innovación, ciencia y tecnología seguro no resolverá nuestros problemas, pero que, sin ello, estamos condenados a quedarnos atrás.
Poco después en el marco de un evento regional de Credicorp, Ricardo Hausmann, venezolano, catedrático de la Universidad de Harvard, ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo, y ex ministro de Planificación de Venezuela, concluyó su intervención destacando que si el Perú quiere retomar una senda de crecimiento sostenido tiene que remontar el rezago que lleva en materia de innovación e investigación en ciencia y tecnología.
Ocampo es un economista progresista, de izquierdas, Hausmann es uno de derechas. Ambos, desde perspectivas distintas, concluyeron lo mismo: sin ciencia, tecnología e innovación la llevamos perdida.
La propuesta de consenso de estos dos renombrados economistas es algo con lo que, sin duda, todos estamos de acuerdo, y es además algo posible de hacer. Es política, técnica y administrativamente posible, incluso en el adverso contexto actual, pues no requiere de grandes reformas y no es demasiado costoso.
La pregunta es: ¿por qué no lo estamos haciendo?