Las proyecciones del Banco Mundial para la economía peruana, junto con familias con banderas blancas en señal de hambre ha sido el contexto del término de la cuarentena obligatoria. Se ha dado paso a una cuarentena focalizada en algunos departamentos del país.
Más allá de los anuncios, la aprobación del presidente sigue descendiendo. En junio llega al punto más bajo de esta emergencia sanitaria, 66%. Sin embargo, sigue siendo alta en términos relativos. La evaluación del desempeño del gobierno en la lucha contra la pandemia también descendió: solo 35% la califica como muy buena o buena, en abril lo hacía el 60%.
Días antes del anuncio de este viernes, 58% de entrevistados creía que la cuarentena debía extenderse más allá del 30 de junio, 60% cree que la cuarentena ha sido más positiva que negativa, 78% cree que ha permitido evitar más muertes y contagios, y 7 de cada 10 que no se sobrecargara el sistema sanitario.
Para la ciudadanía el virus es una gran preocupación, incluso más de la mitad de las personas que no trabajan o que trabajan de manera independiente creen que es mejor seguir en cuarentena. Esa crítica de la falta de compromiso ciudadano con el cuidado sanitario no puede extenderse a la mayoría. Y sí, muchos también tienen miedo de que al levantarse la cuarentena aumenten los contagios (77%). Y a quienes están trabajando o se van a reincorporar al trabajo les preocupa contagiarse en su centro de trabajo (85%) o en el transporte público (71%), en especial los que residen en Lima Metropolitana. El reto ahora es gestionar con inteligencia y conocimiento del país.