Ricardo Cuenca, investigador principal del IEP, escribe para el diario La República acerca de la vacancia al presidente Martín Vizcarra► https://bit.ly/36hgT1m
El uso de un instrumento constitucional para socavar la institucionalidad es una típica práctica de la precariedad. Lo sucedido con la vacancia del presidente Martin Vizcarra es una muestra de ello. Durante años nos hemos construido como un país incapaz de llegar a acuerdos porque los intereses particulares, disfrazados de colectivos, son los que motivan las acciones políticas. Estamos, desde hace algún tiempo, frente a un tipo de políticos precarios que prefieren la cosmética de la política de corto plazo a la consolidación de la democracia.
Lo que hacen los políticos precarios es cobijarse en las formas porque no pueden lidiar con el fondo; y es que hacerlo significa involucrarse y comprometerse con ese fondo; conocerlo, mirarlo reflexivamente y evaluar las consecuencias de las decisiones que se toman sobre él. Los políticos precarios se apoyan, pues, en los procedimientos para esconder sus limitadas habilidades o para disimular sus muchos intereses.
Pero también los políticos precarios son por definición inestables en el tiempo, tienen corta duración. Por eso, resulta urgente y fundamental construir una agenda ciudadana para las próximas elecciones. Como nunca antes, urge llegar a las elecciones de abril con una agenda clara que premie con nuestros votos la acción democrática seria y castigue el discurso populista y la moralina política y, sobre todo, que penalice a los políticos sin compromiso democrático. La consigna es elecciones del 2021 sin políticos precarios.