En una coyuntura de crisis e inestabilidad, la aprobación del presidente Castillo permanece sin cambios. Como señalamos hace unos meses, existe un 25% que a lo largo del tiempo ha aprobado la gestión del presidente Castillo, pese a la información que brindan los medios de comunicación y pese a las múltiples denuncias que tiene el presidente. Quienes aprueban al presidente, desaprueban la denuncia realizada por la fiscal de la nación, creen que uno de los principales problemas del país es la corrupción, sin embargo, no creen que el presidente esté involucrado en ella, más bien algunos en ese grupo afín al presidente creen que uno de los problemas es el Congreso y el hecho de que no lo dejen gobernar. En la medida en que algunos de los argumentos que sostienen a este grupo son más ideológicos (creen que los problemas del país son los monopolios, el modelo económico, la Constitución) su posición difícilmente cambiará.
Al otro lado, dos tercios de la ciudadanía desaprueban al presidente, pero también desaprueban al Congreso que es su principal opositor. Es decir, en ese otro lado no hay un liderazgo sólido que pueda concitar un gran apoyo ciudadano. Recordemos que cuando hace menos de un mes se preguntó por quién se sentía representado, más de la mitad dijo que por nadie y las primeras menciones (bajas, pero más altas que el resto) fueron P. Castillo y A. Humala. Mientras la situación se mantenga de esta manera, difícilmente se podrá encontrar un consenso no solo para sacar al presidente sino para definir qué se hará después.