Lee la columna «Retos de la transición energética» escrita por Roxana Barrantes, investigadora principal del IEP, para el Diario El Comercio ► https://bit.ly/4hNBqz4
El Perú tiene un territorio privilegiado, lleno de recursos naturales, tanto renovables como no renovables, así como de ecosistemas únicos. Parte de la cuenca amazónica, con frente de más de 2.000 kilómetros de litoral sobre el océano Pacífico, contamos con diversas fuentes de energía.
La energía es un insumo esencial para el desarrollo económico. En particular, la energía eléctrica exhibe una alta elasticidad ingreso. Esto significa que la tasa de crecimiento de la demanda de electricidad es mayor que la tasa de crecimiento de la actividad económica (PBI). Así, la oferta de electricidad debe liderar el crecimiento de infraestructura para poder atender a los requerimientos del crecimiento económico del país.
Afortunadamente, contamos con los insumos para producir electricidad, pero estos solo son útiles si contamos con el capital requerido para utilizarlos. Ese capital, para que contribuya a generar energía, tiene que ser planeado con anticipación porque entre que se toma la decisión y se plasma el proyecto pasan por lo menos 2 años, si no 4 o más, si hablamos de centrales hidroeléctricas, una de las formas más limpias de generación de electricidad.
Pero ahora enfrentamos un reto más: el cambio climático, que no solo alterará los patrones de lluvia y las posibilidades de almacenar recursos hídricos, sino que también exige utilizar combustibles limpios para evitar emitir más gases de efecto invernadero. El reto de descarbonizar las fuentes de energía viene acompañado del desafío de ampliar las inversiones en fuentes renovables, como la eólica y la solar, sin descuidar la seguridad jurídica que necesitan las inversiones ya realizadas con otras tecnologías.
En el reciente 9º Congreso Internacional de Infraestructura y Desarrollo (CIID), celebrado el 22 de octubre en Lima, los organizadores eligieron este tema para un panel de discusión, lo que nos deja varios asuntos por abordar de manera urgente.
A raíz de la importante promulgación de la llamada “Ley de Renovables” (N° 32249), el primer tema urgente es la formulación y promulgación de los reglamentos que permitan implementarla. Esta ley crea el mercado de servicios complementarios, como la frecuencia, la tensión y la reserva, servicios críticos para facilitar la integración de energías renovables.
El segundo tema concierne a la necesidad de que el COES y el Ministerio de Energía y Minas cuenten con un plan actualizado de transmisión eléctrica y de que ProInversión pueda llevar adelante los procesos de convocatoria al sector privado de manera ágil.
Finalmente, de la experiencia de Chile en el desarrollo de las renovables, aprendemos que tenemos que encontrar ese delicado equilibrio entre el desarrollo de la capacidad de generación de energías renovables y la infraestructura de transmisión para recibirla.
Mirada al futuro con seguridad jurídica son imprescindibles para contar con la energía que necesitamos.