[COLUMNA] Viaje a ninguna parte, por Patricia Zárate

La aprobación de la presidenta Boluarte ha sufrido una caída importante, especialmente si la comparamos con la aprobación con la que comenzó hace menos de un año y que fue de 19%, ahora está en 8%, menos de la mitad. Al realizar un análisis multivariable de la aprobación presidencial, encontramos que las dos variables que explican en mayor medida la aprobación, o mejor dicho, la desaprobación de la presidenta, son los viajes realizados y su posición frente a las acciones del Congreso.

El 82% piensa que los viajes de la presidenta no han ayudado en nada al país y por ello no es de extrañar algunas frases mencionadas por las personas encuestadas cuando se les hizo esta pregunta: “Es un despilfarro de dinero y no es fructífera” “Esta mal lo que está haciendo porque deja al país con gastos” “Va en plan de turismo gastando el dinero de los peruanos” “Sus viajes traen pobreza”. Los viajes de la presidenta en un contexto de recesión económica han mellado su ya baja aprobación. Por otro lado, su anuencia o falta de posición frente a algunas acciones del Congreso (solo un 11% cree que defiende la autonomía del poder ejecutivo) probablemente hacen que se la vea como una socia del poder legislativo, que durante todo el año 2023 solo ha tenido un dígito de aprobación (9% en enero y 6% actualmente). Porque la separación de poderes significa también el control de unos a otros y es lo que enriquece y fortalece la democracia y lamentablemente no es lo que se observa en el día a día de los poderes del Estado.