La revista Caretas entrevistó a Natalia González, directora general del IEP, y a Macarena Moscoso, investigadora del IEP, sobre el libro «El Profe. Cómo Pedro Castillo se convirtió en presidente del Perú y qué pasará a continuación.» ► https://bit.ly/38zxn6m
En enero pasado, el presidente Pedro Castillo no tenía ninguna opción para llegar a Palacio de Gobierno. Las encuestas le asignaban tan solo 0.2% de preferencia al entonces candidato de Perú Libre. Sin embargo, conforme pasaron los meses, los aspirantes que estaban ubicados en los primeros lugares fueron cayendo y Castillo ascendió de a pocos hasta lograr pasar a la segunda vuelta tras el 11 de abril. En las regiones, este profesor, rondero y agricultor había logrado consolidar un apoyo sostenido que fue clave, el mismo que le permitió ganar las elecciones a Keiko Fujimori.
El fenómeno Castillo ha sido estudiado. El Instituto de Estudios Peruanos (IEP) acaba de publicar un libro El Profe, conformado por una serie de artículos y ensayos que tratan de explicar cómo el actual mandatario pudo derrotar a candidatos de la derecha e izquierda. CARETAS conversó con la historiadora Natalia Gonzáles y la antropóloga Macarena Moscoso, quienes aportaron con un análisis sobre la importancia de la imagen como maestro rural de Pedro Castillo y su efecto para atraer a sectores que rechazan a la clase política tradicional.
“En el siglo XX, la figura del maestro era muy importante de la sociedad. Era el único representante del Estado en las zonas más alejadas”, indica Gonzáles. Sostiene que la figura del maestro significaba progreso e inclusión a la sociedad mayor en las zonas más alejadas y pobres. “En los últimos años, los maestros rurales son hijos de su comunidad, campesinos e indígenas”, acotó.
En ese sentido, la también directora general del IEP sostiene que Castillo tuvo acogida en aquellos espacios rurales porque “el hecho que un hijo de su pueblo que llegue a instancia de la política, significa que sus paisanos estaban esperando hace varias décadas un cambio y una representación efectiva. Es alguien que ha tenido éxito. De padres analfabetos pasa a tener educación superior. Luego, se integra a las organizaciones. Fue visto como una persona que puede representar los derechos de muchas personas de las zonas rurales”.
Por su parte, Moscoso analiza –aparte del rol de maestro rural– la figura de rondero de Castillo. “Tener una organización comunal como los ronderos tiene que ver mucho con la seguridad de la misma comunidad”, apunta. “Es importante que en el hecho de ser rondero, que te va ayudar y cuidar, pueda haber una combinación con la figura de un profesor, que te enseña a leer y escribir para ejercer tu ciudadanía, salga una forma de identificación muy cercana para las personas que viven en zonas rurales”.
“Castillo, en su figura de maestro y rondero, personifica simbólicamente a los que no pueden ejercer una ciudadanía lejos del Estado”, menciona Moscoso. Para la antropóloga de la Universidad Católica, Castillo tuvo la ventaja de tender una red basada en el magisterio y los ronderos, que había que integrar de manera sencilla para que su mensaje político tenga acogida en el electorado. “El profesor Castillo llegó a los lugares que los tradicionales no llegaron”.
Otro escenario
Ahora bien, si bien las investigadoras del IEP examinaron cómo Castillo pudo explotar su figura de rondero y maestro para llegar a la presidencia de la República, también tenían muchas dudas sobre las primeras acciones que pueda realizar ya en Palacio.
Para la antropóloga Moscoso no hay un plan de trabajo definido de Castillo en los ministerios. “Por ejemplo, hay varios cambios en el Ministerio de Educación y no se observa cuál es su expectativa con temas educativos. Es preocupante que se busque eliminar la carrera pública magisterial, que no haya un plan de retorno a las clases presenciales y la Sunedu no siga funcionando”, apunta.
“El profesor Cadillo debería ser la garantía en el Minedu, pero no sabemos cuáles son sus planes. Eso provoca incertidumbre para las personas que estamos a favor de que se mantenga la carrera pública, un currículo con enfoque de derechos y se consolide la calidad de la enseñanza universitaria”, asegura. Considera que la oficialización del Fenate – Perú va a generar una pugna dentro del magisterio con el Sutep al que –asegura– “no tiene en agenda el presidente Castillo”.
Moscoso considera que el panorama es desalentador con la designación del primer ministro Guido Bellido y el desempeño de otros integrantes del Gabinete. Sin embargo, apunta que el presidente debe alejarse de las figuras radicales que no le permitan administrar un gobierno de ancha base, que es lo que se necesita al tener un país fracturado.
En tanto, la historiadora Gonzáles observa que en estos primeros días de gestión de Castillo se ha reflejado que hay una sensación de que puede existir un retroceso, cuya consecuencia impacte en los sectores más vulnerables. Coincide con Moscoso al señalar que la carrera pública magisterial debe fortalecerse para que haya mejores maestros que aseguren una enseñanza de calidad. “La carrera pública magisterial le devuelve la dignidad a los profesores para que puedan forjar una carrera meritocracia”, enfatiza.
“No puede ponerse en peligro el trabajo que está haciendo la Sunedu para garantizar una educación de calidad por parte de las universidades. Tampoco que se haga cambios en el currículo, en el que se abordan distintos enfoques como la interculturalidad y género. El currículo ha sido objeto de un gran trabajo de técnicos para asegurar la calidad y la enseñanza de los maestros a los estudiantes. Que haya algún cambio sería un gran retroceso”.
Gonzáles no observa que Castillo aplique su condición de negociador, tal como lo hacía cuando era sindicalista y rondero. “Se encuentra en medio de estos personajes cuestionados, como el primer ministro, que ejercen como sus voceros. Por eso, no se visualiza su idea y manejo de gobierno”.