Lee la entrevista realizada a Martín Tanaka, investigador principal, por el Diario La República ► https://bit.ly/3gBx7rP
El politólogo Martín Tanaka considera que el presidente Pedro Castillo yerra al quedarse en el cuoteo, que busca satisfacer a grupos que lo apoyaron, y no legitimarse ante la población con políticas de cambio y un equipo que las lleve a cabo. Aduce que depende de Castillo, de si cambia a tiempo o no, si estamos en el inicio de su fin de gobierno.
¿Qué impresión tiene del gabinete que lidera Torres?
Es más continuidad que cambio. Los problemas de fondo que motivaron la caída del gabinete de Mirtha Vásquez y la fallida designación de Valer no se han resuelto. El presidente Castillo con este nombramiento gana un poco de oxígeno, tiempo, pero ha pospuesto la solución de la crisis, no la ha resuelto.
Torres tiene un perfil confrontacional. ¿Está en riesgo el voto de confianza?
Salvo que el Congreso esté convencido de que tiene votos necesarios para armar la vacancia, creo que no se expondrán a acercar el escenario de la disolución. Esperaría que Torres obtenga el voto de confianza y ministros cuestionados sean censurados individualmente.
Valer habló de “bala de plata”, ¿con Torres se reitera una voluntad de Castillo por querer cerrar el Congreso?
No veo ese escenario ahora. El presidente es consciente de que es muy débil y que no le conviene pechar a la mala al Congreso y este tampoco quiere exponerse a acercarse a la disolución. Castillo no jugó la carta de que no le den la confianza a Valer y así tener la primera negativa. Más bien, cayó Valer.
¿Qué debe hacer Torres?
Obtener el voto de confianza de modo menos accidentado posible. Creo que tendrá gestos con la oposición y diálogo con bancadas, buscará una agenda medianamente consensual.
¿Ve posibilidad de viraje de su perfil confrontacional?
En el corto plazo, lo sensato es que juegue esa carta. Pero los problemas de fondo que originaron la crisis siguen: denuncias de corrupción en Interior, de manejos autoritarios en Justicia, ofensivas contra la reforma universitaria, del transporte… No se han resuelto. Por allí vendrán los problemas para Torres.
Algunos lo tocan directamente en Justicia, como la salida de Soria y de la jefa del INPE.
Sí. Y veamos qué señales dará el nuevo ministro de Justicia. Tal vez tenga lógica de aquietar las aguas y buscar una transacción. Este gobierno ha dado múltiples muestras de conductas contradictorias. El sector Mujer es ejemplo de que va de un extremo a otro sin problema.
Falta de claridad de rumbo.
Así es. Privilegian las cosas políticas por encima de las políticas. Lo importante es tener medianamente contentos a los socios que respaldan al Gobierno. Con tal de lograr eso, las políticas pasan a segundo plano. No hay agenda de cambios que identificar con este Gobierno. Es pura retórica de cambio, pero no hay políticas concretas.
¿Cómo explicar el cambio de Cevallos, asociado a la vacunación que casi todos valoran, por un cerronista cuestionado?
Una conducta como autodestructiva del presidente. Pone en riesgo lo único de que podía enorgullecerse el Gobierno para satisfacer el cuoteo. Y con un juego tremendamente cortoplacista: no sería raro que el ministro caiga en los próximos días.
Y sigue Silva, ya en la mira del Congreso. ¿Qué le parece?
El presidente privilegia quedar bien con sus aliados más cercanos. Lo mismo en Educación. Es un presidente más interesado en satisfacer a los grupos que lo apoyaron que en las agendas de cambio más ambiciosas.
Y grupos distintos, entre los que no hay una armonía…
Y la agenda más reformista ha sido dejada de lado. Con Mirtha Vásquez y Francke, había allí un intento de reforma tributaria, de generar otra relación entre sector minero y sur andino. Eso se ha eliminado para tener un perfil más conservador: el nuevo ministro de Economía no está más a la izquierda que Francke y Torres no se caracteriza por un interés en desarrollo social.
Se mantiene este toque conservador al menos allí…
Sí. El único cambio progresista es en Mujer, pero veremos qué margen de acción tendrá la ministra en este gabinete y si habría una crisis que la enfrente con Torres u otros ministros.
Usted identifica un radicalismo pragmático en Castillo. ¿Cómo se manifiesta esta vez?
Son radicales en lo discursivo, pero en lo concreto eso se traduce en cuoteo político, no en impulsar propuestas de desarrollo agrario, cambios en tributación o iniciativas de ese tipo. Se habló con énfasis de la segunda reforma agraria, pero fueron anuncios que no se tradujeron en nada muy concreto. Lo concreto es la pugna por acceder a ministerios, cargos, y eso se plantea como lucha política: “estamos peleando contra la derecha y los ‘caviares’ que se resisten a perder sus privilegios y nosotros estamos entrando”.
Tendrá que darse cuenta de que eso lo lleva al abismo…
Ha intentado salir del paso de esta crisis con una solución de corto plazo ante un Congreso que habla de vacancia. Ha preferido satisfacer a quienes le dijeron: “te aseguramos votos para evitar la vacancia”. Cerrón fue explícito: sin bancada leal se abre el escenario de la vacancia. Evitarlo sería el criterio que guio a Castillo, muy de corto plazo.
¿Estamos ante el principio del fin del gobierno de Castillo?
Está en sus manos evitarlo si piensa más en políticas y quienes las ejecuten eficazmente antes que en cuoteo. Si su popularidad sigue bajando, si su credibilidad se sigue debilitando, podría aparecer algún escándalo de corrupción que haga que el Parlamento consiga los votos para la vacancia. Si quiere evitar ese escenario debe legitimarse ante la opinión pública con políticas medianamente eficaces.
Reitera la necesidad de reforma política para evitar la inestabilidad que vivimos. ¿Es posible con este Congreso?
Es el gran obstáculo. Desde la sociedad y los medios deberíamos empujar esta agenda. No debemos llegar a elecciones el 2026 o antes y que los partidos repitan que no se han adecuado a la nueva legislación y que van como siempre, sin padrones transparentes, con cambios de camiseta de última hora, vientres de alquiler… Con esas mismas reglas y esos mismos partidos, tendremos resultados muy parecidos a los que ha habido hasta ahora. Ya no será Castillo, Vizcarra, Kuczynski, sino otros, pero los problemas serán similares.
Ciudadanía que encarrile a Castillo y también al Congreso…
Sí. Algo que sostiene a Castillo es la precariedad de la oposición: no hay alternativa atractiva viable al frente. Es muy importante mejorar la oferta política para las próximas elecciones. Debemos conseguir un compromiso de los partidos. No podemos seguir viviendo a salto de mata con tanta improvisación.