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Entusiasmo, bronca o desinterés, por Hernán Chaparro

Las elecciones para el Congreso ya están presentes en la agenda pública.  La encuesta aplicada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) es una primera mirada que permite ver quienes votarían por alguna agrupación, más allá de los nombres de los candidatos que postulen. Estaremos frente a una cédula donde solo aparecerán los nombres de las agrupaciones que se presenten en la región y el correspondiente símbolo partidario.

Las campañas serán, en primera instancia, regionales y centradas en candidatos locales.  Esta primera foto, sin personas, favorece a Acción Popular (AP), que se presenta como una primera opción (10%) en la memoria ciudadana. Es una cifra que dialoga con los resultados de las elecciones regionales y municipales del 2018.  Probablemente una condensación de los recuerdos de Belaunde, Paniagua, las recientes candidaturas de Barnechea y Muñoz junto a la performance variopinta de sus últimos congresistas. El partido que fue en algún momento etiquetado como “federación de independientes” es hoy el primero que se evoca.  La segunda agrupación mencionada ha sido Fuerza Popular (5%).  Algunos se habrán sorprendido porque fue el movimiento que estuvo en el centro del conflicto entre el ejecutivo y el disuelto parlamento. Sin embargo, hay que recordar que hace un año, lo que hoy se denomina “Fujimorismo duro” era un 4 % (encuesta IEP nov. 2018), cifra similar a la que hoy recoge la encuesta.

En ese momento, incluir a los llamados “simpatizantes” llevaba al fujimorismo a tener un 12% de adherentes, ¿será ese su techo? Al fujimorismo nunca le ha ido bien sin un Fujimori de candidato.  La mayoría, a poco menos de tres meses de ir a las urnas, está todavía entre el ánimo cargado en contra de los políticos o el rechazo a la disolución del Congreso (22% dice que votará en blanco) y la indefinición (37%).  Cuando hemos preguntado por la actitud hacia el hecho de ir a votar, cerca de la mitad dice que vota por obligación.  Sin embargo, los resultados oficiales indican que los votos blancos y nulos han llegado hasta un 18% en las últimas elecciones por lo que es de esperar que las cifras de hoy cambien considerablemente. Alrededor de la mitad de la población tiene poco o ningún interés por lo que acontece en la política y su nivel de información, consecuentemente es bajo.

Los candidatos tendrán que identificar bien los diferentes momentos de esta corta campaña para saber cómo llegar a un electorado que tiene mucha desconfianza y que se divide entre el selectivo entusiasmo de algunos y el desinterés o la bronca de muchos.  La pregunta es si el masivo apoyo a la disolución del Congreso se convertirá o no en un mayor cuidado al escoger candidatos.  Puede que la oferta electoral no ayude, pero la vigilancia ciudadana será muy importante.