A propósito de su presencia en Lima para la presentación del libro “Industrias extractivas, conflicto social y dinámicas institucionales en la región andina”, editado por el IEP, el Cepes y el Grupo Propuesta Ciudadana, Anthony Bebbington conversó con el diario El Comercio sobre los principales aportes que ofrece esta publicación y cómo observa la dinámica de los conflictos en nuestro país. A continuación reproducimos la entrevista.
ANTHONY BEBBINGTON. Director de la Escuela de Posgrado de Geografía, Clark University, EE.UU. y profesor asociado de la Universidad de Manchester.
«Hay incertidumbre hacia el cambio»
Por Nelly Luna
Esta semana estuvo en Lima Anthony Bebbington, investigador del Consejo de Investigaciones Económicas y Sociales del Gobierno Británico, para presentar el libro “Industrias extractivas, conflicto social y dinámicas institucionales en la región andina”. Conversamos con el académico que sostiene que los conflictos deben ser vistos como oportunidades de diálogo y “fuerzas que generan cambios institucionales para una gobernanza de la industria con mayor inclusión ”.
Usted menciona en el libro la necesidad de ver los conflictos como una oportunidad.
Con frecuencia se ve el conflicto como algo que hay que controlar, pero pueden ser vistos como fuerzas productivas que generen cambios institucionales.
El incremento de la inversión en industrias extractivas ha ido de la mano con el aumento de conflictos. ¿Es solo un tema de poco diálogo y crecimiento desigual?
Yo creo que ese es un elemento de por qué ahora hay más conflictividad, pero hay otros actores históricos. Cada transición económica viene acompañada de conflictos. El nivel de actividad de la industria extractiva es mucho mayor ahora que en los años noventa. Es un sector que mueve mucha tierra, ocupa espacio y necesita acceder a grandes cantidades de recursos naturales como el agua. Y sino afecta, muchas veces crea la sensación de que puede afectar, crea incertidumbre.
En la mayoría de conflictos socioambientales se denuncia la contaminación de suelos o de agua, cuando no siempre hay prueba de ello. ¿Cómo dialogar en medio de tanta desconfianza?
No es solo un tema de contaminación, es toda la incertidumbre que viene con la industria. Se enfoca mucho la contaminación, pero hay otras cosas, como la pérdida del control del espacio local, la tranquilidad. Hay incertidumbre hacia el cambio. Uno de los orígenes de los conflictos tiene que ver también con la distribución desigual de las oportunidades. Toda la teoría de la comunidad campesina nos dice que el riesgo y la incertidumbre son elementos centrales de cómo se maneja la economía de estas comunidades.
Si vemos el marco legal peruano, hay una ley de consulta previa, se exige participación ciudadana, hay transferencia económica a las regiones…
El problema no es la redistribución de los ingresos hacia las regiones y distritos. Hay un tema de protagonismos sociales y políticos, cuáles son los roles de las autoridades regionales. La democracia no se mide por la plata que se recibe, eso puede ser un indicador, también se mide por derechos y responsabilidades, derecho de información.
Con frecuencia, la única explicación del Gobierno al origen de estos conflictos es la presencia de líderes extremistas y de organizaciones politizadas.
Eso no ayuda mucho. Es cierto que en los conflictos hay líderes con diversos intereses ideológicos, pero decir que todo se explica por la presencia de grupos extremistas manipulando a la población me parece un poco miope. A mediano y largo plazos ese tipo de lecturas no le convienen al sector. Hablar en términos de antimineros y promineros evita el debate de fondo sobre el tipo de extracción que se quiere.
En las investigaciones ustedes apuestan por la inversión minera, pero dialogada y sostenible.
Hablamos de la necesaria institucionalidad del Estado y su relación con las comunidades, de la necesidad del diálogo como un proceso natural. La institucionalidad no es un tema de mesas de diálogo. Implica procesos de planificación del desarrollo, consultas previa consolidadas.
¿Cómo analiza el papel de los movimientos antimineros y de las ONG en los conflictos?
Tampoco se puede hablar de las ONG en términos generales. Los discursos que insisten en que los conflictos nacen a consecuencia de una manipulación o agitación no permiten una reflexión sobre las causas de un conflicto. Eso se presta a la polarización.
Fuente: El Comercio (17/02/2013)
Descarga el archivo de la entrevista aquí.