Hernán Chaparro, Jefe de Estudios de Opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), resalta que ahora tiene la responsabilidad de no defraudar a esos votantes, y a partir de enero emprender acciones.
Texto original en La República: https://bit.ly/2RMyg2a
Chaparro explica que el triunfo de Jorge Muñoz muestra que hay un importante sector que apuesta por una forma de resolver los problemas sin autoritarismo. Resalta que ahora tiene la responsabilidad de no defraudar a esos votantes, y a partir de enero emprender acciones para atender problemas urgentes como el transporte, entre otros.
¿Qué mensaje nos trae los resultados de esta elección que no solo ha cambiado la tendencia en una semana, sino que en dos días Jorge Muñoz se llevó más del 10% de los indecisos?
Primero que hay mucha gente que, como decía Muñoz en su discurso en el balcón, está cansada de la corrupción y de los autoritarismo como solución, y están apostando a formas diferentes de resolver las cosas. Y esto va en la línea de lo que ha marcado el presidente Martín Vizcarra, quien se ha movido con energía, pero dentro de la Constitución, a pedir cambios. También ha sido importante la presencia de las redes o medios sociales, como un canal en la comunicación política, que es más inmediato. Ha sido una mezcla de la necesidad ciudadana de algo diferente para la lucha contra la corrupción y una gestión para todos, que encuentra en Muñoz una esperanza; y que en los medios sociales halla una forma de canalizarlo rápidamente. Una cosa sin la otra no hubiera funcionado.
¿Cómo debe responder el alcalde electo para no defraudar esa esperanza?
Con mucha habilidad ya planteó los panamericanos como primer objetivo. Es una forma de alinear la convivencia ciudadana. Hay muchas cosas que se puede ordenar a partir del deporte. Y no es mala idea. No es suficiente, habrá otras cosas que se tendrá que ver, como retomar rápidamente, como el tema del transporte que es urgente. Hay que recordar que él toma la alcaldía a partir de enero y hay toda una transición, y más bien hay que preguntarle a Castañeda qué va a hacer en estos meses.
¿La victoria de Muñoz significa que ha resucitado Acción Popular?
No. Yo creo que ha resucitado la esperanza de un sector de la ciudadanía que quiere una gestión honesta y transparente. Es una oportunidad para Acción Popular que espero la aproveche, no por ellos, sino que lo aproveche un partido y entienda que no solo hacer obra y poner cemento es lo que la gente quiere. Lo mejor es que la gente siga activa y vigilante, y espero que Muñoz, que tenía la costumbre de tener reuniones con los ciudadanos una vez por semana, mantenga algo parecido en Lima, aunque sea más complicado.
¿Por qué encarnó Muñoz este sentimiento habiendo otros candidatos como él, que tampoco tenían denuncias?
Creo que fue el azar de estar primero en el debate, una acción en redes sociales eficiente, porque si bien la campaña de Acción Popular tuvo varios errores, en redes sociales sí fue muy claro, muy concreto. Y además ayudó mucho que en el debate la gente se diera cuenta que Jorge Muñoz era de Acción Popular porque antes no lo asociaban. Él toda la vida hizo gestión por Somos Perú.
¿El debate organizado por el Jurado fue definitivo, más allá del escaso tiempo para presentar propuestas por la gran cantidad de candidatos?
Definitivamente. Fue una pésima decisión de Reggiardo no participar. No lo haces si tienes más de 30% de respaldo como mínimo, pero con 19 o 18%… Se puso en el lugar del político tradicional. Fue buen acuerdo, y espero que a futuro se haga siempre así, lo de la silla vacía. Eso fue durísimo. Que quede claro quién no quiere ir.
Ha sido una elección que ha calentado a última hora. ¿Por qué tanta apatía?
La gente está harta de la política. En una última encuesta que hicimos, pusimos ‘ninguno’, aunque no era una opción, y el 30% optó por eso. Cerca del 60% de la gente te dice que va a votar en buena medida para evitar la multa. Y, además, hasta hace dos semanas el 70% decía: yo creo que mi alcalde tiene un problema de corrupción. El ánimo era súper cívico en el sentido de que los actores no le gustan, que espera algo mejor, pero la oferta no iba muy bien.
En una semana Muñoz casi duplicó su respaldo. ¿Influyó la sentencia absolviendo a Urresti por el asesinato del periodista Hugo Bustíos?
Sí. Yo creo que también eso le ha quitado algunos puntos a Urresti. Dos días antes salió libre de un asesinato, con un Poder Judicial muy cuestionado, mucha gente dijo: esto no me lo creo. No creo que eso le haya hecho mucho favor en la campaña. Para ver cuánto lo frenó, hay que ver el resultado final. Aunque, para algunos, Urresti era alguien que podía lucha contra la corrupción, una especie de candidato antiestablishment.
Es paradójico que hace una semana los dos primeros candidatos hayan encarnado posiciones diametralmente diferentes, uno de mano dura y otro con más actitud al diálogo, como eran Urresti y Muñoz.
Hay actitudes como primas hermanas, las que van por la seguridad, la mano dura, la actitud confrontacional, el achorado, son parte de un mismo patrón de actitud. Y hay otro, que diría yo es más equilibrado, más democrático. Hay algo que es importante para la madurez como ciudadanos, y es que nuestra cultura política es tradicionalmente autoritaria, entonces nos sale fácil el Urresti, lo complicado es la parte democrática, que no está estructurada.
Usted dice que en esta elección las redes sociales han sido fundamentales. ¿Cuánto influirá en el 2021?
En las últimas elecciones presidenciales preguntamos si usaban Internet, y entre los que lo utilizaban, Julio Guzmán y Verónika Mendoza tenían más apoyo. Decían que eso no llegaba a sectores populares, pero hoy el 75% de los celulares nuevos son smartphones. Habrá más en el 2021.