IEP organizó ciclo temático sobre los desafíos del sector artesanía y turismo ante la pandemia por Covid-19

 

En los últimos años, el turismo en el Perú se ha convertido en una actividad económica de suma importancia; según cifras del Plan Estratégico Nacional de Turismo (PENTUR), en el 2019 se posicionó como el segundo sector con mayor aporte de divisas. El turismo como actividad económica, tiene una compleja cadena de servicios que se ha especializado de tal manera que pueda brindar una experiencia al turista de acuerdo a los estándares nacionales e internacionales de calidad en el servicio, los cuales se promueven desde la política nacional de turismo expresada en los portales de PROMPERÚ y Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.

Sin embargo, a consecuencia de la pandemia por el COVID-19, la totalidad de dicha actividad se ha visto suspendida. Estos proveedores dependen de una economía del contacto; y esto es particularmente complicado, ya que desde que la emergencia nacional fue declarada; todas aquellas personas dedicadas al turismo han dejado de recibir visitantes y por tanto, han dejado percibir las divisas que los visitantes dejaban en el Perú.

La emergencia por la crisis sanitaria ha implicado que quienes dependen directamente de esta actividad económica se vean afectados y han tenido que variar su actividad para intentar mantenerse durante este periodo de suspensión de actividades. Esto último implica un problema bastante serio para el sector artesanal, ya que las personas dedicadas a estos oficios han tenido que encontrar formas para sostenerse económicamente; dejando de lado la producción que usualmente les mantenía. Esto podría poner en riesgo los conocimientos salvaguardados que forman parte del patrimonio inmaterial de la nación.

Por ello, resulta interesante discutir cuál es la agenda que maneja la política nacional sobre las personas dedicadas a la artesanía en el Perú. Las pocas medidas gubernamentales en este sector, dan cuenta de un problema de mayor envergadura ya que muestra que los aspectos ligados a la cultura, no son prioridad del gobierno. Este momento no es una gran temporada baja de turismo, sino que se ha eliminado todo tipo de actividad. La crisis ha puesto en evidencia lo poco reforzado y apoyado que se encuentra el sector artesanal por lo que ha entrado en una seria crisis económica, al no contar con otros mercados más que el turístico.