«Jóvenes que se van»

Lee el artículo escrito por nuestra investigadora principal, Carolina Trivelli y nuestro investigador, Carlos Urrutia.

Texto original ► https://bit.ly/2PQjE0a

Según las proyecciones poblacionales basadas en el censo pasado (2007), hoy se esperaba contar con cerca de 1.8 millones de jóvenes –entre 15 y 29 años- en el medio rural. El censo 2017 nos dice que hay 1.35 millones de jóvenes rurales, muy por debajo del estimado de 1.8 millones. Además, por primera vez, se registran reducciones en la población de la sierra y otros cambios en la distribución de la población que afectan el desarrollo rural.[1]

Es evidente que los jóvenes rurales son actores centrales de cualquier proceso de transformación y modernización del mundo rural. Sin embargo, los jóvenes rurales se van.

El censo da cuenta de una ruralidad con una ausencia relativa de jóvenes. A pesar de que la tasa de natalidad rural sigue siendo mayor que la urbana, la proporción de jóvenes es mayor en los centros urbanos (gráfico 1).

Gráfico 1: Porcentaje de población por edad


Fuente: Censo 2017

¿Por qué se van los jóvenes?

Un poblador rural es aquel que vive en un centro poblado de menos de 2000 habitantes, en una pequeña villa o en patrón disperso. [2] En estos centros poblados casi la mitad de las personas vive en situación de pobreza: más del 70% de los hogares en pobreza recibe una transferencia del sector público, y casi el 80% de los hogares obtiene ingresos del agro.

Para estudiar, los jóvenes tienen que desplazarse a centros poblados más grandes o a la capital del distrito donde es probable encontrar una institución educativa con secundaria. Los datos muestran que a los 12 años comienza a bajar la proporción de jóvenes en el medio rural, edad que coincide con el inicio de la secundaria. Algunos van y vuelven cada día en largas jornadas de caminata o bicicleta, y otros muchos se mudan para poder asistir a la secundaria.

Para seguir estudios superiores técnicos, irse a la capital de provincia es quizás la única opción. Estudiar para técnico agropecuario parece lógico, pero, en realidad, lo más atractivo hoy está en carreras ligadas al sector servicios: mecánica, computación, etc. Para ir a la universidad, sin duda, hay que mudarse, probablemente a la capital de la región. Estudiar exige dejar lo rural e irse a lo urbano.

Estudiar requiere sacrificios para los jóvenes rurales. Vienen de una educación secundaria de poca calidad, por lo que tendrán que esforzarse o complementar el esfuerzo con academias y nivelaciones. Estas, junto a los costos asociados a la mudanza y a la vida de estudiante, implican desembolsos recurrentes para los padres (rurales, agricultores, pobres) o para ellos mismos haciendo mil oficios. Es un tremendo esfuerzo el que deben llevar a cabo para estudiar.

Los jóvenes rurales que se quedan (o que regresan) terminan la secundaria. El 62% de los jóvenes rurales tiene secundaria completa, 4% educación técnica completa, 2% educación universitaria completa y 8% estudió pero no terminó la educación superior (universitaria o no universitaria). Por el contrario, en el sector urbano, 43% de los jóvenes tienen educación superior completa o incompleta (universitaria o no universitaria), en el sector rural, solo el 14%.

¿Por qué no volver y trabajar en lo rural?

Lo rural “pierde” a los jóvenes que se van a estudiar no solo mientras estudian. Estos jóvenes, en su mayoría, no vuelven, y con ello se descapitaliza el medio rural. No ven futuro ahí.

La opción de volver está estrechamente asociada con las opciones de emplearse y obtener un ingreso en el medio rural. De acuerdo con datos de Enaho 2017, el 60% de los jóvenes rurales trabaja en el sector agropecuario, y de ellos el 40% es asalariado, mientras que el restante 60% es trabajador familiar no remunerado. Es decir, más de un tercio de los jóvenes rurales trabajan sin remuneración en el agro. Aquellos que trabajan en esta condición son los menos educados (solo 22% tiene secundaria completa).

Los jóvenes que trabajan en el agro aspiran a convertirse en conductores de una parcela, obtener alguna tierra propia y salir adelante. Sin embargo, solo 8% de los jóvenes son agricultores por cuenta propia, y de ellos solo la mitad tiene tierra propia.

Si no logramos acercar oportunidades de formación –secundaria, técnica, opciones formativas alternativas- ni oportunidades de inclusión económica mínimamente atractivas –acceso a al tierra, empleo pagado, emprendimientos sostenibles y con opciones de desarrollo a futuro-, será difícil retener al talento joven, movilizar su fuerza y energía a favor una transformación rural. En ese sentido, sin jóvenes, difícilmente, habrá innovación, modernización y desarrollo.

Hay jóvenes que quieren volver a lo rural, que tienen aspiraciones de ser agentes de cambio en el ámbito rural.  Son jóvenes que reconocen, sin embargo, que no pueden hacerlo solos. Necesitan el apoyo del Estado, del sector privado; no de favor, sino como una inversión. Hoy no tienen a quien acercarse para discutir lo que necesitan. No tienen quien los ayude.[3]

El sector público (¿quién en el sector público? ¿Minagri? ¿Midis? ¿Minedu?) y las empresas mineras, las empresas agroexportadoras, los prestadores de servicios rurales (comercializadores, vendedores de insumos y maquinarias, transportistas, etc.) son los que están involucrados con el sector rural.  Por ende, estos son los llamados a tomar acciones para cambiar este patrón y ofrecerles una mano a estos jóvenes, para que sean ellos los que transformen el campo. Entonces, hay todo por hacer. Sin jóvenes rurales, no habrá desarrollo rural ni eliminación de la pobreza rural.

 

[1] Los autores son Investigadores del Instituto de Estudios Peruanos (trivelli@iep.org.pe y currutia@iep.org.pe )

[2] Urge que revisemos la definición de qué es rural en el Perú. Lo rural no puede limitarse a lo rural disperso. Pueblos y ciudades pequeñas que dependen de su entorno rural deben ser parte de la ruralidad. Esta es una tarea pendiente y urgente para proponer políticas de desarrollo rural realistas.

[3] En este video corto, se puede ver cómo sí aspiran y trabajan para volver, pero también lo solos que están: https://www.youtube.com/watch?v=0hkib0LU3lo