Las personas excluidas son aquellas que carecen de acceso a oportunidades para su desarrollo por parte del Estado y la sociedad, y por tanto no llegan a gozar de una ciudadanía plena. En el Perú, las poblaciones indígenas se caracterizan por vivir en una situación de permanente exclusión. Según Ricardo Cuenca, investigador principal del IEP, solamente entre el 5% y 8% de este grupo accede a una educación superior, pero ¿cuántos de ellos logran superar esta condición y competir en igualdad de oportunidades con otros profesionales? ¿La educación superior que reciben los ayuda a superar las barreras culturales y económicas que los separan de otros grupos? ¿Sus identidades se ven afectadas al buscar superar estas barreras?
El diario El Comercio ha elaborado un informe sobre este tema a partir de un artículo publicado por el mismo Cuenca en el libro «Educación superior, movilidad social e identidad«, que ha editado recientemente el IEP bajo su coordinación. Para su estudio, el investigador analizó 180 expedientes y recogió 15 testimonios de becarios. El libro explora la experiencia de la Fundación Ford, que entre los años 2000 y 2010 puso en marcha un ambicioso programa de becas de posgrado a nivel mundial, el cual estuvo dirigido a profesionales de grupos tradicionalmente excluidos: personas provenientes de zonas rurales y grupos indígenas.
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