Esta mañana, en el Instituto de Estudios Peruanos, los reconocidos investigadores Ricardo Cuenca y Martín Tanaka expusieron sus puntos de vista acerca de los 100 primeros días del gobierno de Ollanta Humala.
El último de estos dos, quien es además sociólogo y columnista de La República, conversó brevemente con nosotros sobre los conflictos sociales que parecen haber agarrado desprevenido a un gobierno que llegó con altas expectativas ante la población. ¿Se podría cumplir con una política agresiva de programas sociales sin tener los recursos que ingresan por la minería? Tanaka responde:
¿Se acabó la luna de miel de Ollanta Humala?
No sé si ya se acabó completamente, pero creo que ya empieza a ocurrir que los problemas aparecen mucho más rápido que la capacidad de enfrentarlos. Las dificultades de gobernar en serio ya están apareciendo, desde ese punto de vista, efectivamente la luna de miel ya terminó.
En tu exposición mencionaste que algunos miembros del gobierno pensaban que “se podía hacer tortillas si romper huevos”, de qué manera esto se puede plasmar en cuanto a la relación del gobierno con los grupos de poder.
En un país con tantos problemas como el nuestro, tan fracturado, en tantos sentidos, es muy difícil construir legitimidad y gobernar satisfaciendo satisfactoriamente a todos. No es imposible pero es muy difícil. En los extremos hay sectores de la élite política y empresarial en el país que piensan que la minería debe ir de todas maneras, y que no se debe tolerar que se desafíe el principio de autoridad y se tiene que autorizar la fuerza de ser necesario para que los proyectos salgan adelante. Ese es un extremo frente al cual el gobierno no puede caer.
Y en el otro lado…
En el otro lado, sectores que piensan que la minería no debe existir de ninguna manera en el país y que se cierran a explorar una convivencia entre minería y otras actividades, tienen una posición maximalista muy inviable porque parte de la apuesta política del gobierno es que, la renta que va a generar el crecimiento económico, donde la minería es importante, es la que va a permitir la redistribución y el fortalecimiento de los programas sociales. Inevitablemente el gobierno deberá marcar distancia con sectores de este tipo para no afectar su política de alianzas.
¿En algún momento Ollanta Humala tendrá que acercarse a esas zonas convulsionadas, o ves correcta la modalidad de mesas de diálogo como se vienen haciendo ahora?
Él tendría que ir cuando ya haya algo enrumbado, sino corre el riesgo de desgastarse. No puede estar apagando incendios detrás de todos los conflictos, ni siquiera el Premier, que tiene mucha voluntad. Los ministros deberían asumir la responsabilidad de ser la primera línea de negociación.
¿Cuál es la importancia de los presidentes regionales en estos últimos conflictos sociales?
Depende mucho de la región. En el caso de Cajamarca, ha demostrado ser fundamental. Hubo movilizaciones muy importantes, movilizadas por él. Se posiciona como un actor fundamental. Yo creo que es muy importante para el gobierno llegar a un entendimiento, tienen que “hacer política”, en el sentido que deben explicar, persuadir, convencer y dar garantías. En ese sentido al gobierno le está faltando más iniciativa, como que se ha dejado sorprender y necesita ser mucho más activo en esta línea.
¿Está dentro del escenario la posibilidad de poder cerrar el proyecto Conga y decirle no a Yanacocha?
Claro, es posible. Está dentro del escenario, pero entonces uno se pregunta si la renta que va a generar la minería va a financiar los programas sociales. Si no hay minería va a ser difícil ser ambicioso en políticas sociales. Una cosa va con la otra.
¿Qué te ha parecido el gobierno de Humala en estos primeros 100 días?
Han ido bastante bien, pero han sido 100 días muy tranquilos. Es como que uno le diga al entrenador del equipo “haz seleccionado bien, los jugadores son los que tiene que estar, pero ahora ya tienen que jugar”, pero lo que está pasando ahora es que en los primeros cinco minutos de partido, ya te metieron un gol.
Fuente: Diario La República