Esta semana me ocuparé del desempeño de los gobiernos locales, que también renovaremos el 3 de octubre. Difícil hacer un balance, porque todavía no tenemos indicadores o datos recientes con los cuales evaluar. De otro lado, estos son extremadamente diversos, y es muy difícil hacer generalizaciones. Según Paula Muñoz (“¿La política importa? Los determinantes políticos de la eficiencia del gasto municipal”. Lima, SER, 2010), al menos el 35% de las municipalidades provinciales y el 52% de las distritales se ubican en ámbitos rurales, que implican cuando menos el 35% de la población; y más de la mitad de estas últimas se ubican en áreas de pobreza y extrema pobreza.
Es más, cerca de la mitad de las municipalidades provinciales, por su tamaño y características, muestran en realidad un perfil “típicamente” distrital. Según María Isabel Remy, apenas el 6% de los gobiernos locales tienen distritos con más de 50, 000 habitantes, aunque en ese 6% vive el 53% de la población; de otro lado, cerca de la mitad son distritos con menos de 5, 000 habitantes, dispersos en caseríos o comunidades (“Los gobiernos locales en el Perú”, en Vich, Víctor, ed., El Estado está de vuelta. Lima, IEP, 2005).
Los gobiernos locales son cada vez más importantes, y han cambiado el escenario político de maneras todavía poco estudiadas.
Recordemos que entre 2006 y 2009 se les asignó entre el 75 y el 69% del Presupuesto General de la República; sus gastos corrientes aumentaron un 14% y el gasto de inversión en un 47% entre 2004 y 2009, en ambos casos por encima de los aumentos registrados en los otros niveles de gobierno. La principal fuente de ingresos proviene de transferencias (41%, canon, regalías y otros), y del FONCOMUN (30%); los recursos municipales propios alcanzan solamente un 24% del total.
El crecimiento se da con mucha inestabilidad: si se compara el presupuesto asignado con el ejecutado, las diferencias son enormes; 83% más en 2008 y 86% más en 2009. En los últimos años hay mucho más dinero que el esperado, lo que dificulta la programación de la inversión y la ejecución de los recursos, problema que afecta todos los niveles de gobierno (datos del balance anual del 2009 sobre el proceso de descentralización de Propuesta Ciudadana).
Según el estudio de Muñoz, con datos de 2003, el aumento de las transferencias de canon y FONCOMUN reduce la eficiencia del gasto; la política local aparece como controlada por pequeños líderes locales, que cuando son reelegidos no son necesariamente más eficientes, en ella los partidos brillan por su ausencia o irrelevancia, y una fragmentación política excesiva afecta también negativamente la gestión. Los últimos años, marcados por más transferencias, debilidad partidaria y fragmentación política, ¿han empeorado las cosas, o se está dando ya un aprendizaje que permite ser más optimistas? Estamos ante una gran agenda de investigación abierta.
Fuente: La República (29/08/2010)