-Villarán nunca debió llegar a la situación en la que terminó. Ya ha sido comentado bastante: sobreestimación de respaldo y capacidades, subestimación de adversarios, falta de acción política. Decepcionante que una gestión de izquierda termine en tan poco tiempo alejada de su base de apoyo original, asentada en sectores populares.
-En enero, un 65% de limeños desaprobaba la gestión de Villarán, y la aprobaba un 28%; un 59% estaba a favor de la revocatoria, y un 32% en contra (IPSOS). Es impresionante que el Sí haya perdido, iniciando el partido con 27 puntos de diferencia. Ya se ha dicho: no tuvieron una campaña propiamente dicha, y la del No fue muy eficiente. El No consiguió recursos, construyó una coalición muy amplia (desde la Confiep hasta la CGTP, desde el PPC hasta Patria Roja, desde Mónica Sánchez hasta Melcochita, de líderes de opinión a ciudadanos de barrios populares), tuvo una conducción disciplinada, objetivos claros, argumentos convincentes. Las campañas fueron decisivas.
-A pesar de esto, hasta una semana antes de la elección, el Sí tenía el 49% y el No el 40%, y la tendencia de crecimiento de este se veía estancada desde finales de febrero; al mismo tiempo, un 61% desaprobaba la gestión de la alcaldesa, y solo un 34% la aprobaba. El crecimiento del No en el sector C parecía tocar techo, y los sectores D y E parecían difíciles de convencer. En la última semana, IPSOS registra un cambio impresionante a favor del No: en Lima Norte y Este el No aumenta cinco puntos, y en Lima Sur catorce. Este cambio se explica fundamentalmente por los groseros errores de campaña del Sí el día del debate y en los cruciales días posteriores, en los que los indecisos terminan de definirse; no sería la intervención de Lourdes Flores o Luis Bedoya la que inclinó la balanza en las zonas populares, sino los papelones del Sí. En todo caso, habría que rescatar la acción de los alcaldes de Ate, Comas, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador a favor del No.
-Todo esto muestra que una gran parte de los ciudadanos votó por el No a la revocatoria de Villarán a pesar de no estar conformes con su gestión, lo que se confirma al ver la votación por regidores. Villarán se salvó, pero sería un gran error interpretar esto como un respaldo político.
-La votación de regidores sugiere que Fuerza Social, que ya no existe como tal, es el gran derrotado de todo el proceso. En esa derrota algunos cuadros destacaron y acumularon un importante capital político personal, pero el proyecto original ha sido enterrado. Por otro lado, la mayoría de regidores de oposición se salvaron no porque tuvieran más votos que los de FS sino por el aumento de los votos en blanco.
-Para que Villarán termine bien su gestión es imprescindible mantener el espíritu de la campaña por el No, y no repetir los errores que originaron todo esto: sobreestimación de respaldo y capacidades, subestimación de adversarios, falta de acción política…
Fuente: La República (24/03/2013)