José Matos Mar ha publicado recientemente el libro Perú: Estado desbordado y sociedad nacional emergente. Historia corta del proceso peruano (Lima, U. Ricardo Palma, 2012). El texto es al mismo tiempo un apasionado manifiesto a favor de la población provinciana migrante y una síntesis de las preocupaciones intelectuales y vitales del autor, que ya cumplió 91 años.
Matos cuenta una “historia jamás imaginada [por el] Perú oficial y sus gobernantes”, “apasionante y gigantesca”, en la que palabras como “gesta” o “hazaña” marcan el tono de la narración. Para el autor, la migración de la población provinciana a Lima y las principales ciudades de la costa marca un hito en la historia del país tan importante como 1535 y 1821. Este proceso que arranca en 1940 y llega hasta nuestros días tiene dos etapas, la primera va de 1940 a 1990, y registra el paso de “migrantes a ciudadanos”; y la segunda va de 1990 hasta hoy, en la que se consolida la posibilidad de construir una verdadera “sociedad nacional”. Así, pasamos de un país “agrario y rural, de yanaconas y colonos… fraccionado más en castas que en clases”, a un país moderno, basado en ciudadanos.
Muchos otros autores han llamado la atención sobre la importancia de estos procesos, como Aníbal Quijano, Julio Cotler, Carlos Franco o Hernando de Soto, por mencionar algunos. Sin embargo, nadie con la convicción y optimismo de Matos. Quijano señala los límites de esta “sociedad emergente” dada la persistencia de la colonialidad del poder; Cotler, por la debilidad de las instituciones; Franco, por el funcionamiento de una democracia elitista y excluyente; De Soto por la persistencia de prácticas “mercantilistas”. En la lectura de Matos, el “otro Perú” ha realizado por sí mismo, sin la ayuda del “Perú oficial” (que solo ha intentado controlarlo o cooptarlo) un gigantesco cambio estructural, una “revolución cultural” pacífica. Si bien el autor advierte que “si el Perú oficial no dialoga y soslaya sus compromisos con los sectores populares y medios en ascenso, y cede ante los poderes fácticos, la crisis del Estado podría agudizarse”, también postula que los protagonistas del “desborde popular”, “en pocos años más comenzarán a incursionar más activamente en política, con lo cual al representar mejor al íntegro de la población total estarán en condiciones de [lograr] una auténtica gobernabilidad concordante con su historia y geografía, con una nueva democracia participativa comunitaria”.
La visión del Perú de Matos tiene el gran mérito de desplazar la mirada del “Perú oficial” al “otro Perú”, antes excluído y subordinado, ahora evidente en su “desborde”. La gran pregunta es si, efectivamente, de ese Perú emergerá un “neosocialismo andino”, una “auténtica sociedad nacional emergente y pluricultural”. Responder esa pregunta requeriría acaso estudiar mejor la interacción entre el Perú oficial y el “otro Perú”, tarea que nos deja Matos a las nuevas generaciones de científicos sociales.
Fuente: La República