Martín Tanaka: «Las alternativas al neoliberalismo»

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Cierro esta semana, por el momento, la discusión sobre el neoliberalismo, comentando algo sobre las alternativas al mismo.

Después de la crisis 1998-2002, del “giro a la izquierda” ocurrido en muchos países de la región, y de la crisis financiera de 2007-2008, me parece claro que predicar la libertad irrestricta de los mercados y la minimización del papel del Estado suena descabellado. Lo interesante es que en esto coinciden, en lo teórico, tanto derechas como izquierdas. De un lado puede verse el libro de John Williamson y nuestro conocido Pedro Pablo Kuczynsky (eds.), Después del Consenso de Washington. Relanzando el crecimiento y las reformas en América Latina (Lima, UPC, 2003). Allí se sostiene que las reformas centradas en la liberalización de los mercados y en la promoción del crecimiento eran apenas una primera y parcial etapa de un proceso más ambicioso de reformas, que deberían consolidarse con una segunda fase, con énfasis en la equidad, mejoras en la distribución del ingreso y el fortalecimiento de las instituciones. Para esto resultarían claves la reforma del servicio civil, la descentralización, la reforma del Poder Judicial, de la educación, de la salud, del sistema político.

Desde la izquierda, lo que se busca es cambiar de lógica, recuperando espacio para la planificación, el control y la iniciativa del Estado, especialmente en áreas “estratégicas”. Es justo resaltar que por lo general no se plantea un retorno al pasado populista, sino que ese renovado protagonismo estatal se ubica dentro de los márgenes de la disciplina fiscal y de los equilibrios macroeconómicos, es decir, parcialmente dentro del canon del “Consenso de Washington”.

El plan de gobierno de Ollanta Humala de 2010, “La gran transformación”, podría ser un ejemplo de esto. Dentro de este marco general, una parte de la izquierda busca “recuperar” para el Estado el control de los recursos naturales para promover políticas de redistribución y diversificación productiva, mientras que otros piensan que debería abandonarse un modelo “extractivista” y buscar otras formas de desarrollo. Esto explica la división de las izquierdas frente a gobiernos como los de Evo Morales y Rafael Correa, por ejemplo.

En lo personal me parece importante resaltar dos cosas. Primero, que desde la derecha parece tenerse más que decir respecto a temas que interesan mucho a la ciudadanía, como la mejora en los servicios que debe dar el Estado en cuanto a seguridad, acceso a la justicia, a la educación y la salud. Desde la izquierda el énfasis está puesto en conseguir recursos para esas áreas (impuestos directos, por ejemplo) con fines distributivos, pero no tanto en cómo usarlos de manera eficiente. Segundo, acaso lo mejor para el desarrollo de los países sea una alternancia entre políticas con énfasis en el crecimiento y en la distribución, pero donde prime la continuidad y el fortalecimiento progresivo de las instituciones, antes que lógicas “refundacionales”.

Fuente: La República (13/10/2013)