Quienes escribimos sobre temas políticos solemos ocupamos del gobierno: es natural, porque allí se concentra el poder. Pero en democracia el poder cambia de manos, y más en el Perú, con una volatilidad electoral tan grande, por lo que es importante analizar también el desempeño de la oposición. A esta le corresponde fijar los límites al poder, y al hacerlo, debería establecer qué haría si fuera gobierno, transmitir la idea de que con ellos en el poder las cosas serían diferentes y mejores, y que podrían serlo en las próximas elecciones.
Durante el primer año del gobierno, se comentaba que la oposición prácticamente no existía: o más bien, que ella estaba en las calles, en los movimientos de protesta, pero no en el Parlamento. El giro hacia el centro del gobierno hizo que la derecha se sintiera a gusto, y las críticas más bien vinieron de disidentes del propio oficialismo. En las últimas semanas, sin embargo, con el desgaste que trajo el primer año de gobierno, y con el nuevo giro al centro con el Consejo de Ministros de Juan Jiménez, la movilización callejera ha amainado un poco y la oposición política parece haber despertado.
Sin embargo, si uno juzga su desempeño sobre la base de la interpelación a la ministra Salas, la presentación del Consejo de Ministros en el Congreso y otros debates recientes, se tiene la impresión de que la oposición, al igual que el gobierno, responde de manera cortoplacista a las mareas de la opinión pública y a los “destapes” de los medios de comunicación; en otras palabras, ella reproduce a su manera las limitaciones del gobierno que critica. Es que no basta saber en contra de qué está la oposición, o las razones de su supuesta indignación: lo que realmente importaría saber es qué haría ella de estar en el gobierno para solucionar los problemas que denuncia. Y muy poco hemos oído decir sobre propuestas de reforma de la educación, de combate a la corrupción, de políticas de defensa o seguridad ciudadana, de qué están haciendo como partidos “nacionales” para tener una presencia efectiva en todo el territorio, por mencionar algunos asuntos.
De otro lado, los grupos de oposición nos deben explicaciones sobre el rumbo en el que ellos mismos se encuentran: el APRA, ¿intentará consolidarse como un partido populista de derecha? ¿Cómo queda la relación entre García y el partido? El fujimorismo, que recientemente señaló que buscará perfilarse como una opción liberal, ¿buscará ir más allá de un liberalismo económico para incluir el político e institucional? El PPC, Pedro P. Kuczynski, y otros, ¿podrían construir una alianza? Si no, ¿qué propone cada uno? En cuanto a la oposición de izquierda, una vez conseguida la paralización del proyecto Conga, ¿cuál es la propuesta de desarrollo para Cajamarca y otros lugares? ¿Cuál es la agenda que reúne a Ciudadanos por el Cambio, Fuerza Social, Patria Roja, el Partido Comunista, el Partido Socialista y Tierra y Libertad, más allá del registro electoral de este último?
Fuente: La República