Sostienen algunos que existen términos en inglés que no tienen traducción directa al español, y que eso sería indicio de la ausencia de ciertas nociones y prácticas en el mundo iberoamericano; se suele mencionar a propósito de esto el término accountability (rendición de cuentas). Yo me permito sugerir además enforcement (asegurar el cumplimiento de la ley) y trade-off (relación entre dos cosas deseables en donde obtener una implica perder la otra, lo que obliga a una negociación y a un compromiso).
Hace unos días el ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera, después de analizar el caso del proyecto Minas Conga en Cajamarca con alcaldes de la zona, presentó un maravilloso ejemplo de algunos de los trade-offs que enfrenta el país, a los que yo sumo otros: queremos energía eléctrica, agua potable y gas barato para todos, pero no queremos construir hidroeléctricas ni represas ni exploración de hidrocarburos; queremos recaudar más por la actividad minera, para así financiar las políticas sociales y el combate a la pobreza, pero no queremos nuevas inversiones mineras; queremos mantener el medio ambiente y los entornos naturales intocados, pero al mismo tiempo queremos modernidad, oportunidades, desarrollo.
Si estamos ante trade-offs típicos, corresponde entender que es imposible tener todo lo que queremos al mismo tiempo, y que se impone una negociación, en la cual se debe renunciar en parte a algo deseable para obtener otra cosa que también queremos, intentando llegar a un equilibrio.
¿Cómo llegar a ese equilibrio? Se puede buscar respuestas desde posturas ideológicas (del tipo “minería es progreso” o “minería es contaminación”), pero encerrarse en esos principios precisamente dificulta la negociación que se requiere. Las respuestas deberían surgir del análisis empírico, es decir, del análisis concreto de situaciones concretas. En cada proyecto en particular hay decisiones que tomar, cuya lógica no se puede generalizar, para lo cual se debe privilegiar lo que los estudios de impacto ambiental y social establezcan, siempre y cuando se hayan realizado por entidades confiables y de prestigio mediante procedimientos participativos.
En los últimos días se han realizado balances sobre los primeros cien días del gobierno, y se ha dicho correctamente que todas las evaluaciones son provisionales, dado que algunas definiciones básicas todavía no se han dado. Esas definiciones tendrán que venir necesariamente en el futuro, en torno a los trade-offs mencionados y a muchos otros que seguramente aparecerán.
No es posible gobernar contentando a todos simultáneamente. Tanto el gobierno como la opinión pública debemos entender que en la política, así como en la vida, los trade-offs aparecen una y otra vez. Tener al mismo tiempo crecimiento e inclusión social en principio es posible, pero es algo que no se conseguirá sin costos políticos, tanto ante un sector de las elites como de los activistas de base.
Fuente: La República (6/11/2011)