Publicado en: La República
Fecha Dom, 17/10/2010
Obtenido en: http://www.larepublica.pe/virtu-e-fortuna/17/10/2010/venezuela-ecuador-brasil-chile
Tiempo de mirar nuevamente por el vecindario. En las últimas semanas han llamado la atención las elecciones legislativas en Venezuela (26 de setiembre), una rebelión policial en Ecuador (30 de setiembre), la primera vuelta de la elección presidencial en Brasil (3 de octubre) y el rescate de los mineros chilenos (13 de octubre). Brasil y Chile tuvieron en los últimos años gobiernos de corte socialdemócrata, y en estas elecciones el tema fue la continuidad o un giro hacia la derecha. En Chile se dio lo segundo con la elección de Piñera, mientras que en Brasil, aparentemente, se impondrá la continuidad con Dilma Rousseff. En todo caso, el Partido de los Trabajadores se ha convertido en la principal fuerza política del Congreso, y mediante su alianza con el PMDB y otros partidos ha logrado una cómoda mayoría.
Respecto a la gestión de Piñera, es todavía poco lo que se puede decir, a pesar de que lleva ya seis meses: lo que ocurre es que la atención del país y los esfuerzos gubernativos han estado centrados en la respuesta a desastres (primero el terremoto y luego el rescate de los mineros), y otros temas sustantivos han pasado por el momento a un segundo plano (como el tema mapuche, entre otros).
Por otro lado, tenemos países que se orientaron más radicalmente hacia la izquierda, con gobiernos que se han propuesto refundar el orden político. En Venezuela las condiciones de competencia y equilibrio político han mejorado con la última elección, en la que la oposición ha ganado un espacio importante: en términos de votos, los resultados muestran un resultado estrecho: 52% para el gobierno, 48% para la oposición. Sin embargo, por el diseño de los distritos electorales, el oficialismo podría llegar a tener el 60% de la representación. Si pensamos en la elección presidencial del 2012, el chavismo cuenta además con una enorme concentración de poder, mientras que la oposición tiene el desafío adicional de consolidar un líder capaz de unificarla y al mismo tiempo de derrotar a Chávez. En suma, diría que en Venezuela tenemos una oposición que ciertamente ha avanzado pero que compite en un escenario que sigue siendo el de un régimen autoritario. El que se haya demostrado que no tenga una clara hegemonía social o que la oposición tenga más espacio no cambia el carácter del régimen.
En Ecuador, los sucesos recientes han revelado la existencia de importantes fisuras y debilidades en el gobierno, el partido en el poder y sus alianzas. Si bien en Ecuador –al igual que en Venezuela o Bolivia el partido oficialista logra ser mayoría electoral y controlar relativamente las instituciones– el partido de gobierno no tiene la solidez o disciplina para imponerse. Tampoco el proyecto de “revolución ciudadana” del presidente Correa muestra gran cohesión ideológica, mientras que en Venezuela y Bolivia estamos ante proyectos socialistas hegemónicos mucho más definidos.