Estamos a 40 años de la fundación del Sutep. En 1972, un congreso en el Cusco reunió a todos los sindicatos que había en ese momento, supuestamente porque el gobierno militar quería negociar con un solo sindicato, pero también porque los sectores más fuertes, como el Apra y Patria Roja, querían deslindar de los grupos violentistas.
Los sectores radicales siempre han estado metidos dentro del Sutep, que es el gremio de funcionarios públicos más grande, solo que ha cambiado de nombre.
El Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución del Sutep (Conare) se escucha con fuerza desde hace diez años. Recordemos que en el gobierno de Alan García salió Robert Huaynalaya, ahora sale Efraín Condori. Y lo que están buscando, como su mismo nombre lo dice, es cambiar a la actual dirigencia, hoy en manos de Patria Roja.
Entre otras cosas, el Magisterio, además de tener un número importante de miembros, es un gremio que ha estado muy olvidado por parte del Estado y se ha convertido en un terreno fértil para que se instalen ideas violentistas.
Así como el Movimiento por la Amnistía y Defensa de los Derechos Fundamentales (Movadef) –vinculado a los cabecillas de Sendero Luminoso– utiliza la estrategia de legalizarse y participar en la vida pública, los dirigentes del Conare, miembros o simpatizantes de esa facción, buscan hacer lo mismo copando el Sutep
Tal como están las cosas, Conare es un problema que escapa al ámbito del Ministerio de Educación y se ha convertido en un asunto de responsabilidad del gobierno y de la sociedad en general.
El sector Educación está haciendo su parte con medidas como la preparación del proyecto de ley para evitar que los profesores que han sido sentenciados por terrorismo o violación sexual vuelvan a las aulas.
Además, creo que si bien los principales dirigentes del Conare simpatizan o son miembros del Movadef, las bases no necesariamente lo son. Una muestra de ello es, por ejemplo, Lambayeque, donde han anunciado el levantamiento de la huelga y el retorno a las clases.
Las bases y los dirigentes que no son afines al Conare se están empezando a dar cuenta de que los cercanos al Movadef no solo defienden el reclamo sindical de sueldos justos y derechos laborales, sino que tienen otros intereses. Están empezando a darse cuenta de que solo intentan utilizar las luchas justas de los maestros a favor de sus fines políticos. Ante esta situación, han decidido distanciarse y levantar la huelga. Lo mismo ocurrirá en otras regiones.
Fuente: La República