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[CRÍTICA Y DEBATES] Las políticas económicas frente al coronavirus: entre el apoyo a la clase media y a los más vulnerables, por Úrsula Aldana

Foto: Gestión

La contención de la propagación del COVID-19 genera y probablemente seguirá generando grandes caídas en los ingresos percibidos por los hogares. Las medidas implementadas por el gobierno para financiar el consumo de las personas son dos:  promover créditos a las empresas y otorgar bonos a los hogares. Las medidas que implican una mayor inversión por parte del Estado son el programa Reactiva Perú y la entrega de los bonos.

El propósito de Reactiva Perú es permitir que las empresas sigan funcionando y que puedan pagarle a sus trabajadores y a sus proveedores quienes, a su vez, podrán pagar a sus proveedores y trabajadores. Es decir, Reactiva Perú le da un respiro a los hogares conectados directa o indirectamente con las empresas que acceden al crédito del programa, las que son empresas formales.

A pesar de que Reactiva Perú tiene efectos indirectos, es muy poco probable que el alivio llegue a hogares pobres o cercanos a la línea de pobreza: los eslabones que conectan a los diferentes agentes económicos están muy debilitados debido a la paralización económica.  En épocas normales, un programa como Reactiva Perú provoca un aumento en la demanda por los servicios otorgados por los hogares vulnerables. Con una economía paralizada, este incremento en la demanda es muchísimo menor.

A pesar de que el programa Reactiva Perú llega a muy pocos hogares pobres o cercanos a la línea de pobreza, el programa sí llega a hogares de clase media, algunos de los cuales pueden necesitar un respiro. Lamentablemente, el programa también beneficia a hogares que no lo necesitan, hogares que cuentan con ahorros suficientes para financiar su consumo por varios meses.

Aparte de financiar el consumo de algunos hogares, el programa Reactiva Perú evita que las empresas quiebren. Al asegurar la sobrevivencia de las empresas, este programa facilita la recuperación de la economía luego de controlada la enfermedad.  Es decir, el programa limita el efecto de la emergencia sobre la actividad económica del periodo posterior a la misma.

Los bonos que han sido otorgados por el gobierno tienen la finalidad de llegar a los hogares vulnerables. El gobierno ha empezado otorgando bonos a quienes se tienen identificados como hogares vulnerables. Luego, el gobierno ha decidido otorgar un bono universal a todos los hogares que no tengan miembros en planilla. La necesidad de universalizar el bono se debe a las limitaciones de los procedimientos de focalización, los que son imperfectos porque están basados en encuestas de muy pocas preguntas y por temas operativos como un barrido incompleto de hogares.

El bono universal permite financiar el consumo y la satisfacción de las necesidades básicas de los hogares mientras dure la cuarentena. Es probable que se necesite entregar este bono más de una vez dado que el levantamiento de la cuarentena va a ser gradual y la actividad económica será limitada mientras no se haya controlado a la enfermedad. Es importante financiar el consumo de los hogares cuantas veces sea necesario y los problemas de focalización hacen que este financiamiento sea muy costoso.

El debate en torno a las características que debe tener Reactiva Perú está relacionado con el financiamiento de este programa. Mientras que el MEF apostaba por que los bancos evalúen a las empresas antes de entregarle el crédito, algunos economistas argumentaban que esto demoraba la entrega de los créditos, disminuyendo el efecto del programa. La ventaja de que se evalúen los créditos es que disminuye los riesgos, y, por lo tanto, el gasto que tiene que asumir el Estado. Esta precaución cobra sentido al considerar la necesidad de financiar el consumo de los más vulnerables, financiamiento que es bastante costoso.

Por otro lado, la mayor celeridad en la entrega de los créditos permite mantener a más empresas en pie, evitando que quiebren. Si se desea cuidar al fisco, se debe pensar en medidas alternativas que apoyen la sobrevivencia de las empresas.  De la misma manera que el gobierno ha aprobado decretos que permiten fraccionar los pagos de los servicios públicos, el gobierno puede promover la sobrevivencia de las empresas sin necesidad de inyectarles liquidez. Una de estas medidas es la suspensión perfecta de labores. Otra alternativa es promover y facilitar la negociación entre empresas, es decir entre los deudores y sus acreedores.

La promoción de medidas menos costosas, como las mencionadas en el párrafo anterior, permiten contar con más fondos para financiar el consumo de los hogares más vulnerables. Como siempre, las restricciones presupuestales hacen que sea necesario tomar decisiones complicadas.  Considerando  lo difícil que es identificar a los hogares vulnerables, estas restricciones van a ajustar bastante si es que la enfermedad demora en controlarse. Ojalá no sea así.