[RESEÑA] El poder no es eterno

Lee la reseña de Ernesto Carlín, escrita para el Diario Oficial El Peruano, del libro «Cómo matar a un presidente. Los asesinatos de Bernardo Monteagudo, Manuel Pardo y Luis M. Sánchez Cerro» de Rolando Rojas ► https://bit.ly/3jiZ1HM

Por: Ernesto Carlín

En primer lugar está el argentino Bernardo de Monteagudo, hombre de confianza de San Martín y de Bolívar, y que fuera apuñalado en una noche limeña. El segundo es Manuel Pardo, primer presidente civil del Perú, que falleciera ejerciendo el cargo de presidente del Senado pocos años antes de la Guerra del Pacífico. El último es el dictador Luis Sánchez Cerro, en 1933, cuando detentaba el poder.

Rojas nos permite a través de estos hechos convulsos entrever cómo era la sociedad peruana en aquellos años. Quienes jalaron el gatillo o clavaron el puñal son parte de una conjura más amplia que se maneja en las sombras. Las conjeturas de los instigadores son parte de los aciertos de la obra, pues dan las claves necesarias para entender las disputas ideológicas que se dirimían de forma explícita: matando al adversario.

En el arco de tiempo de esta obra pasamos desde la disyuntiva entre monarquía y república a la irrupción de los partidos de masas, pasando por la llegada de los civiles al poder.

Asimismo, se proyecta en el tiempo al explicar la razón de que no hubiera más muertes violentas de presidentes en ejercicio desde Sánchez Cerro: las medidas de seguridad se volvieron cada vez más rigurosas. Incluso la muerte del militar piurano, indica el historiador, se pudo haber evitado si este seguía los protocolos de la época.